El profeta Elías, maestro espiritual de las tres grandes religiones

El profeta Elías es un hombre que hace de puente entre las tres grandes religiones monoteístas. La casa de Elías es el Carmelo. Una antigua tradición árabe afirma que el profeta Elías, el «Khader» (el frondoso, el viviente, el que nunca muere y está en todas partes) vive todavía hoy en el monte Carmelo, lo que lo constituye en un lugar sagrado y venerable. Una antigua leyenda dice que la Familia de Nazaret a su regreso del exilio de Egipto, antes de instalarse en Nazaret se detuvo en el Carmelo, lugar de hombres santos.

La tradición árabe relaciona la figura de Elías con la fertilidad. El-Khader es la imagen del oasis, del verdor y del agua. La misma leyenda dice que una vez El-Khader (que sólo bebe agua de la vida) derramó el agua restante que quedaba en su vaso, sobre una planta que estaba cerca (la tuna), y desde aquel momento la planta se ha mantenido verde e indestructible. Desde entonces, a Elías -de acuerdo con esta creencia- lo han asociado con la vida y la fertilidad. Curiosamente, aun hoy en Tierra Santa el día de San Elías (20 de julio) se considera el comienzo de las nuevas nubes en el cielo.

La tradición islámica honra y venera a Elías como profeta, hombre justo y santo. El Corán reserva dos suras (capítulos) al profeta Elías. En el Sura 6, se recuerda a Elías junto con Zacarías, Juan y Jesús, como los santos hombres que hacen el bien. En el sura 37 es recordado como el profeta de la unidad de Dios y de su alabanza: «Se perpetúa su alabanza en la posteridad: La Paz sea con Elías! Porque nosotros así retribuimos a los buenos: Él fue sin duda uno de nuestros siervos creyentes».

El Catecismo de la Iglesia Católica presenta a Elías como modelo de vida cristiana, de la búsqueda y de la pasión por Dios, él, Elías, «es el padre de los profetas, de la generación de los que buscan a Dios, buscando constantemente su rostro» (CIC, 2582 ). En el libro del Eclesiástico así lo recuerda este aspecto luminoso y ardiente del profeta: «Elías surgió como un fuego; su palabra quemaba como una antorcha» (Si 48,1). Con esta antorcha Israel encuentra su camino a Dios. Elías hombre de Dios, profeta encendido y el primer gran defensor del Dios único, se le reconoce tanto en el judaísmo, como en el cristianismo y en el Islam como modelo de maestro espiritual.

Don Mario Colavita

 

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