Glorioso patriarca san José,
que en compañía del Divino Jesús
y de tu santísima Virgen María
has conocido las aflicciones de la emigración
en tu huida a Egipto,
acompaña por las calles del mundo
nuestros innumerables hermanos que, fuera de su patria,
luchan por superar las dificultades de una vida
tantas veces angustiada y heroica.
Vela por su fe. Alimenta su esperanza.
Mantenlos firmes en su amor a Dios.
Bendice, con la abundancia que necesitan,
el mérito de su partida y los esfuerzos de su trabajo.
Haz provechoso el camino sincero y simple de su vida,
para estrechar entre todos los pueblos
los lazos de una verdadera fraternidad cristiana.